El grupo suizo de materias primas Glencore anunció este jueves un acuerdo con el grupo mexicano G500 para suministrar estaciones de servicio en el país, donde se están liberalizando los precios de los combustibles.

La minera y operadora de materias primas suscribió un acuerdo con el consorcio G500 para crear una plataforma, conocida como G500 Network, que abastecerá a alrededor del 12% de las estaciones de servicio en México.

El acuerdo de coempresa incluye el suministro de petróleo así como de servicios anexos para proveer una red de estaciones de servicio que podría llegar hasta 1,400 puntos de venta, indicó Glencore en un comunicado.

G500, creado en el 2014, es un consorcio de propietarios de estaciones de servicio lanzado cuando se comenzó a desregular el sector petrolero en México. Representa actualmente 12% de las estaciones de servicio del país.

"Esta asociación crea una franquicia innovadora que mejorará la competencia y la calidad de los productos y servicio para todos los consumidores mexicanos", dijo Antonio Caballero Fernández, presidente de G500, en el comunicado.

Los cambios en el sector petrolero en México abren una oportunidad para Glencore, señaló el grupo en un comunicado. Alex Beard, director de actividades petroleras del grupo suizo, subrayó que el acuerdo con G500 permitiría "extender la presencia en los productos finales y al detalle".

En marzo, la compañía petrolera británica BP había anunciado que crearía una red de estaciones de servicio en el país de hasta 1,500 puntos de venta.

En agosto del 2014 el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, firmó una reforma histórica que puso fin a 80 años de monopolio estatal en el sector y abrió la explotación petrolera en México a las empresas privadas extranjeras.

La mexicana Pemex tenía hasta entonces el monopolio de la venta y distribución de combustible.

La primera etapa en el proceso de apertura al sector privado del mercado de combustibles y de la liberalización de precios, inicialmente prevista en el 2018, empezó a principios de este de año, lo que provocó una ola de protestas por el alza brutal del precio de la gasolina.

El gobierno mexicano anunció entonces la firma de un acuerdo con empresas, sindicatos y organizaciones de campesinos para evitar el aumento de los precios de los productos base, aunque mantuvo el aumento del precio de los combustibles.

Peña Nieto lo justificó por el aumento de los precios internacionales del crudo y la decisión del gobierno de tocar los programas de salud y de ayuda social.

México, que alberga importantes reservas de petróleo, importa más de la mitad del combustible que consume.